jueves, 28 de agosto de 2014

LEONOR SILVESTRI /Diario de la poeta mala II: Perdimos la guerra. Games of Crohn diario de una e...

Perdimos la guerra. Games of Crohn diario de una externación

of Crohn
Perdimos la guerra
26/8/14



Esta semana tengo la clara sensación de que se perdió la guerra -que no es lo mismo que decir que conviene entregarse-. Con la muerte de Hija de Perra -una de las muchas bajas y enfermedades sufridas este año dentro de aquello que podríamos tentativamente denominar movimiento de disidencia o desobediencia sexual sudaka- queda en el cuerpo la sensación no de fracaso, sino de algo de lo cual no siempre se vuelve, la derrota: la que no está muerta, se nos está muriendo, o está super enganchada a alguno de los dispositivos de control farmacopornográficos, como yo con mis queridos mejores amigos Crohn, Humira e Imuran, algunas de las vedettes del laboratorio Abbot. O aún peor, las que quedan sanas o vivas, están idiotas
Games , más que nunca. Peligro de extinción. Nos extinguimos: la incongruencia de género nos va a dejar a todas en nuestro lugar, varones o mujeres, heterosexuales u homosexuales, parejas por todas partes. El rarismo va a dejar de existir en pos de un universo claramente heterosexual, imposible pensar por fuera de esas categorías, imposible pensar un mundo sin Estados Nazion incluso para el queer o el cuir, como más les guste. Todos son heterosexuales en este mundo, hasta los gays y las lesbianas, hasta las lesbofeministas, hasta los trans in between sin operar. Hasta la pontífica Beatriz Beto Marcos Europa no matter what Preciado escribiendo sobre la pareja y el amor, y el dolor por el fin de la pareja, porque no alcanzaba con escribir sobre la paz y la ciudadanía, sigue escribiendo, una y otra vez, pavadas...
Argentina siempre adelantada a toda latinoamerica...; como no era suficiente con arte queer y talleres posporno vestidas de novia con la policía dentro del departamento de policía y para la policía, como hace en México reputada activista trans, nosotrxs acá no solo tenemos matrimonio igualitario y ley de identidad de género, también tenemos policía trans que nos cuidará vaya una a saber de qué! Policía posta. Ya no el palurdo pinche de escritorio de la metropolitana varón trans un toquecito mano larga. Ahora tenemos una con chalecto antibalas, pistola, balas, palo y esposas en la cintura, una policía trans de verdad. Supongo que los defensores de la igualdad están festejando con sus amigas. De hecho, Buenos Aires es la capital internacional de los heteroqueer, hispters con disforia de clase, trasnfeminismo abolicionegacionista porno de paseo turísitico por anormalandia pero con novia, antropólogos sexuales realizando trabajo de campo para tener una anécdota para contarle a sus nietitos transgénicos. Denominamos turismo sexual a aquellas personas claramente dentro de los cómodos marcos regulatorios de la heterosexualidad como régimen político y sin ningún interés en dejar atrás sus privilegios de género, sexo, clase, raza (mediante mil excusas de todo tipo tales como la afirmación de que sus vidas también son irregulares) pero que se interesan en todas estas polémicas propias de las vidas de les anormales psico-físicos-sexuales. Chicas bien interesadas en el tema queer pero que se casarán, parirán y harán lo que hay que hacer, sin chistar, simpatizantes del queer como si la anormalidad fuera un club para pasar los domingos en familia. Paridoras de niños como dispositivos de coerción generizante que te vuelven, como un novio, mamá y mujer, es decir, lo mismo. Niños promesa perenne de inocencia que aparentemente es corrompida por sus progenitores. ¡Viva la diversidad y la integración mientras Lanata se autodeclara practicamente preso político ante sus exabrutos trans-misógino! El nomos pasando por physis a la orden del día, ni Platón se atrevió a tanto. Cuando veo la proliferación irrestricta de las familias, con sus niñitos, me siento como un alien. Mi nave espacial me abandonó aquí, perdió las coordenadas y ya no pueden encontrarme.
¿Seremos las últimas? Al fin de cuentas hubo una última cátara o un último jacobino (la idea no es mía, ya se lo preguntaba Ferrer con respecto a les anarquistas y les ludditas) ¿Pelotudez degenerativa congenita o ataque súbito de idiotismo? ¿Cambia mi percepción sobre quienes antes consideraba afiladas filosofías para emprender cortantes alianzas o será que los dioses, nuevamente, nos han abandonado y se volvieron resueltamente taradas acomodaticias? La buena conciencia adquiriendo la potencia de un bisturí, cercenando toda posibilidad de vida social que no sea el entregarnos a este mundo de pares homogeneizados pacivicados con sus distintos rituales. Y la que no condice con la norma de la buena conciencia que garantiza el statu quo de la comunidad lésbica confortable de la burbuja de iguales es menester echarla. Que nada ponga en riesgo la estabilidad.
No hay autobiografía posible pero partimos de la experiencia personal que es siempre política para emprender la transformación. Un día te morís y cabe la posibilidad que pese a tus mejores amigas venga una vieja cantante lesbiana al estilo Sandra Mianovich y le haga todas las preguntas incorrectas a una persona sarnosa y resentida como la asquerosa virgen homosexual de Sebreli o le dé cabida a todas las infradotadas académicas del tipo “personaje d







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miércoles, 20 de agosto de 2014

JONIO GONZÁLEZ / ANTÍNOO



JONIO GONZÁLEZ











ANTÍNOO




I

allí donde los pies
se resisten a continuar
dar a luz
dar la luz

junto al agua
la semilla y la raíz
el fruto
a merced de la corriente



II

ni en la tienda
ni en el monte
ni en la palabra de los huesos

cambiaré mi destino
por el tuyo
tus promesas
por mi silencio

donde veas cristal
seré polvo
ceguera del que jura
para siempre















Jonio González nació en Buenos Aires en 1954 y reside en Barcelona desde 1983. 
Junto con Javier Cófreces fundó, en 1981, la revista de poesía La Danza del Ratón.
 Ha publicado los siguientes poemarios: 
Onofrio. Grupo de Poesía Descarnada (con Javier Cófreces y Miguel Gaya; Crisol, Buenos Aires, 1978, y En Danza, Buenos Aires, 2008); 
El oro de la república (Claraboya, Buenos Aires, 1982);
Muro de máscaras (Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1987); 
Cecil (Utopías del Sur, Buenos Aires, 1991);
 Últimos poemas de Eunice Cohen (Plaza y Janés, Barcelona, 1999); 
El puente (Emboscall, Vic, 2001; En Danza, Buenos Aires 2003) y
 Ganar el desierto (En Danza, Buenos Aires, 2009).

 Asimismo, figura en diversas antologías, las últimas de las cuales: Una antología de la poesía argentina(Santiago de Chile, 2008), Doscientos años de poesía argentina (Buenos Aires, 2010), Antología de poesía argentina de hoy (Barcelona, 2010), Transatlánticos: poetas argentinos de/en Barcelona(Barcelona, 2011) y Poésie récente d'Argentine: une anthologie possible (París, 2013).