viernes, 31 de mayo de 2013

SANTIAGO BAO / APEGOS

SANTIAGO BAO


APEGOS

a un viejo saco,/ a un cuchillito gastado,/ a unas cartas que amarillean,/ a esa silla/ de las simples meditaciones,/ a algunos folios antiguos,/ a ciertos estribillos/ sentimentales,/ apegos que suelen provocar/ comentarios que aluden/ con suspicacia a roces/ con la locura;/ interpretaciones que no incluyen/ a otros apegos como/ la lectura cotidiana/ de los matutinos,/ las fluctuaciones de la Bolsa/ o del billete de los ambiciosos,/ las pantallas intermitentes,/ los deslizamientos de ciertas damas/ por la superficie de la moda/ o de algunos poetas/ por los crepúsculos, el mar/ o los talles cósmicos.





  (de "En el desvío",1999)

EDUARDO MILEO / PERRA Y EL MAR

EDUARDO MILEO



PERRA Y EL MAR





                                  A Carol
                                 A Loba





 En Troya no entró un caballo
sino el eco de un deseo.

Cualquier animal
puede escribir la historia.

Ese bosque de pinos
que parece
una caja de lápices
da más sombra
que las palabras.

Sólo los principios
pueden
ser felices.
Querría esta noche
que la luna
se dejara mirar.

La sombra
como tu hocico
moja las cosas.
Te veo
en la asustada luz
como una liebre.
No me hables del sueño
con tus ojos sin madre.
Contra la muerte
sólo puedo vivir.

Saldremos por la mañana.
Iremos
donde nos lleve el mar.



 EDUARDO MILEO









foto y diseño :aliciagallegos


GUILLAUME APOLLINAIRE / HAY

GUILLAUME APOLLINAIRE

HAY





Hay un barco que se ha llevado a mi amada
Hay en el cielo seis salchichas y la noche entrante uno diría los gusanos de los que nacen las estrellas
Hay un submarino enemigo que deseaba a mi amor
Hay mil pequeños abetos quebrados por los estallidos de los obuses a mi alrededor
Hay un infante que pasa cegado por los gases asfisiantes
Hay que todo lo hicimos picadillo en las trincheras de Nietzche
de Goethe y de Colonia
Hay el suspiro por una carta que tarda
Hay en mi cartera varias fotos de mi amor
Hay prisioneros que pasan la mirada inquieta
Hay una batería en la que los sirvientes se agitan alrededor de las piezas
Hay el cartero que llega al trote por el camino del Árbol aislado
Hay dicen un espia que ronda por aquí invisible como el horizonte del cual se ha indignamente revestido y con el que se confunde
Hay vestido como un lys el busto de mi amor
Hay un capitán que espera con ansiedad las comunicaciones de la T.S.F. sobre el Atlántico
Hay a medianoche soldados que sierran planchas para los ataúdes
Hay mujeres que piden maiz a gritos frente a un Cristo sangrante en México
Hay la Gulf Stream que es cálida y tan beneficiosa
Hay un cementerio lleno de cruces a 5 quilómetros
Hay cruces por todo aquí allá
Hay los higos de Barbaria en esos cactus en Argelia
Hay las largas manos agiles de mi amor
Hay un tintero que hice en una espoleta de 15 centímetros y que no hemos dejado partir
Hay mi montura expuesta a la lluvia
Hay ríos que no remontan su curso
Hay el amor que me arrastra con dulzura
Hay un prisionero boche que lleva su metralleta a la espalda
Hay hombres en el mundo que no han estado nunca en la guerra
Hay hindúes que miran con estupor las campañas occidentales
Piensan melancolicamente en aquellos de los que se preguntan si volverán a ver
Porque hemos llevado muy lejos durante esta guerra el arte de la invisibilidad


 


Guillaume Apollinaire
traducción de Ferdinand Jacquemort









foto y diseño :aliciagallegos

SPENCER HOLST / HAY

SPENCER HOLST
 
 
HAY




 Dos osos blancos viajaban con un pequeño circo. Todas las noches, los dos osos aparecían empujando un carro. Los dos osos habían sido adiestrados para dar vueltas mortales, para hacer trompos, para hacer la vertical y para danzar sobre sus patas traseras, agarrados de la mano, dando los pasos al mismo tiempo. Los osos danzantes, un macho y una hembra, pronto se convirtieron en...
los favoritos de la multitud. El circo viajó al sur en un tour por la costa oeste que atravesó Canadá hasta California y de ahí hacia abajo llegando a Méjico; recorrió Panamá hasta América del Sur, bajo por los Andes pasando por Chile hasta las islas australes de Tierra del Fuego.
Un día un jaguar se lanzo sobre el presentador, el dueño del circo, y después lastimo mortalmente al domador. El público se disperso alarmado y horrorizado. En la confusión los osos se escaparon. Sin amo, vagaron por su cuenta por las boscosas y ventosas islas subantarticas. Absolutamente solos, en una isla deshabitada, y en un clima que les resultaba ideal, los osos se aparearon, se multiplicaron y después de unas cuantas generaciones poblaron la isla entera. En realidad, después de algunos años, los descendientes de los dos osos se trasladaron a mas de la mitad de las doce islas vecinas; y setenta años más tarde, cuando los científicos finalmente los hallaron y comenzaron a estudiar su comportamiento, se descubrió que todos ellos realizaban espléndidas acrobacias de circo.
En las noches cuando el cielo es brillante y hay luna llena, se reúnen a danzar: los cachorros en el medio y los más jóvenes, alrededor, formando un círculo. Permanecen todos juntos fuera del alcance del viento en el centro de un centelleante cráter hecho por un meteorito que cayo en un lecho de arcilla. Las espejadas paredes son de arcilla blanca. El suelo, liso, esta cubierto de grava blanca y es seco. Ninguna clase de vegetación crece allí adentro.
Cuando la luna se eleva sobre el cráter, la luz que se refleja en las paredes llena el lugar con el agua de luna. El piso del cráter, entonces, es más brillante que cualquier otra cosa cercana. Los científicos especulan que originalmente la luna llena pudo haberles hecho acordar a los dos osos las luces del circo y por esa razón comenzaron a danzar. ¿Sin embargo, habría que preguntarse, qué música es la que bailan los descendientes de los dos osos blancos?
Agarrados de la mano, danzando juntos ... ¿Qué música podrían escuchar dentro de sus cabezas mientras bailan bajo la luna llena y la aurora austral, mientras danzan en un brillante silencio?

Spencer Holst

CARLOS SALEM / LOS MALOS

CARLOS SALEM


LOS MALOS




 Cuando era niño y quería ser un héroe
todo era muy fácil.

En la tele
los comanches eran los malos
los alemanes eran los malos
y después
los rusos eran los malos.

Una muchacha rubia y sudafricana
me contó bajo la luna añil de un verano patagónico
que los blancos eran los malos
y su piel desnuda brillaba bajo el agua del lago
como un fuego blanco.

Un viejo de donosti me explicó
que los españoles eran los malos.
La hermana de otra chica que
supuestamente
trabajaba en nueva york
limpiando escaleras en las torres gemelas
sabía que los árabes eran los malos
y cuando cae una bomba en gaza
los palestinos no dudan que los israelíes
son los malos.

Cuando me hice trotsquista
los estalinistas eran los malos
cuando robaba coches
los policías eran los malos
ahora que publico novelas
los cabrones
que venden millones de ejemplares
son los malos.

Sigo queriendo ser un héroe
pero por favor
que alguien me diga
antes de que sea demasiado tarde
dónde están
quiénes son
y si es que existen
de verdad
los buenos.


  Carlos Salem

ANTONIO SILVA / LOS MARICAS

LUIS ANTONIO SILVA FUENTES





 LOS MARICAS


                                             “El andrógino es considerado superior a ambos sexos
Porque encarna la totalidad y por lo tanto la perfección”
Mircea Eliade


 Cruzados en un parque

En el filamento de las sombras

Entre destierro y farol

Hacen su entrada coja los maricas

Las bestias de ágata, torcidos e inmundos

Tronchando con sus gestos

El decorado siempre bastardo de una ciudad felina

Los maricas y sus citas

De párpado en párpado, su lenguaje binario


Como polillas siempre atentos a una nueva antorcha

que surja en el vergel nocturno

Uno es la otra la otra es ella en mi y en el otro

Sus pequeños y violentos actos

Paridos en estertor de un circo pobre

En una luminaria se emborrachan los maricas

Y relatan siempre una misma historia

Despatriados los maricas levantan una bandera; un pañolete izado

en la fetidez de la muelas

De la mano van los invertidos

Al encuentro de matarifes, lumpenaje y soldados

Al encuentro de mi canto

Al encuentro de un plumaje abanical

Locos y tristes los maricas

Condenadamente alegres

Indeciblemente bellos, bellos.


(del libro MATRIA)

MARIALUZ ALBUJA / EL FRIO ME ARAÑA LOS HUESOS

MARIALUZ ALBUJA
EL FRIO ME ARAÑA LOS HUESOS







Padre, me has desterrado.
Voy en busca de un lugar para quedarme
y sólo me encuentro con las colinas donde se eleva tu casa en el horizonte.
No sabes que ya no soy yo,
que hace tiempo me dejé esperando un tren que jamás llegaría,
que una tarde me abandoné en un mercado repleto de gente
mientras mi boca se perdía en las delicias de la fruta.

Ahora tú me echas.
Pero no sabes que ya no soy yo
que hace tiempo me abalancé bajo las ruedas de un coche
que una mañana desperté en otra tierra
y sólo volvió mi vacío.

A veces me espanta la noción de mi cuerpo
llamándome desde ese lugar al que no tengo acceso.
Sin embargo pueden ser bellos el destierro y el abandono
como lo son las gotas de sangre en el cristal destrozado por un puño.
Como lo es mi dolor brillando en la oscuridad.
Él será la tierra ambulante que habrá de sacarme a flote
cuando todo lo demás comience a hundirse.

Me has desterrado, padre.
Tal vez sea justo.
Pero hace tiempo que ya no me importa saberlo.

M.A





ANNE SEXTON / FURIA DE LOS OCASOS traducción Jonio Gonzalez

ANNE SEXTON
FURIA DE LOS OCASOS




Algo
frío en el aire,
un aura de hielo
y flema.
Me he pasado el día construyendo
una vida y ahora
el sol se hunde
para destrozarla.
El horizonte sangra
y se chupa el pulgar.
El pequeño y rojo pulgar
desaparece de la vista.
Y me maravillo
de esta vida conmigo misma,
de este sueño que estoy viviendo.
Podría comerme el cielo
como si fuese una manzana
pero antes
prefiero preguntar a la primera estrella:
¿por qué estoy aquí?
¿por qué vivo en esta casa?
¿quién es el responsable?
¿eh?






 (trad. JONIO GONZALEZ)










foto y diseño : alicia gallegos


CLAUDE CAHUN

CLAUDE CAHUN. RESPONDE 

 ¿Cuál ha sido el encuentro capital de su vida ?

 "Todavía espero de la vida la circunstancia fulminante que, sirviéndome de criterio, me permita dar definitivamente el paso a tal o cual encuentro cuya importancia y significación no han dejado de iluminase, de oscurecerse a mis ojos, de ganar y de perder.
El único encuentro que ha presentado un papel capital en todos los in
stantes de mi vida se produjo antes de mi nacimiento. Sin duda no se me ocurriría este hecho común, evidente, y que sólo puedo utilizar retóricamente si, desde que yo recuerde, no tiviera el sentimiento familiar, pero siempre irritante, de que mi destino se juega en gran parte al margen de mí y casi sin saberlo.
Esta irritación me lleva a oponer dos términos "fortuito" y "necesario". Desde un punto de vista subjetivo y fragmentario todo me parece idealmente fortuito y examino los innumerables móviles que lógicamente deberían contrarrestar la irrupción de cualquier coincidencia aislada de sus causas. Pero, a poco que me remita materialmente al conjunto de los objetos y a poco que encadene, por fuera de lugar, por desproporcionados, por imponderables que me parezcan algunos eslabones, se impone la necesidad de la aproximación más fortuita. Y lo que todavía se me escapa ya no es nada más que ignorancia.
Tantos encuentros fortuitos-necesarios se producen para cada uno de nosotro, y tan precarios, que el día más bello de nuestra vida, el más triste, bien podrían pasar desapercibidos. Así pues, admitiré que lo viví atravesándolo sin verlo, ese encuentro capital, si nombrarlo así no me indicara suficentemente que no se puede sobrevivir a él."





ANTONIN ARTAUD / - Correspondencia de la momia -

ANTONIN ARTAUD

- Correspondencia de la momia -


Esa carne que ya no se tocará en la vida,
esa lengua que ya no logrará abandonar su corteza,
esa voz que ya no pasará por las rutas del sonido,
esa mano que ha olvidado hasta el ademán de tomar, que ya no logra determinar el espacio
en el que ha de realizar su aprehensión, ese cerebro en fin cuya capacidad de concebir ya no se determina por sus surcos,
todo eso que constituye mi momia de carne fresca da a dios una idea del vacío en que la compulsión
de haber nacido me ha colocado.
Ni mi vida es completa ni mi muerte ha fracasad0 completamente.
Físicamente no existo, por mi carne destrozada, incompleta, que ya no alcanza a nutrir mi pensamiento.
Espiritualmente me destruyo a mí mismo, ya no me acepto como vivo. Mi sensibilidad está a ras del suelo, y poco falta para que salgan gusanos, la gusanera de las construcciones abandonadas.
Pero esa muerte es mucho más refinada, esa muerte multiplicada de mí mismo reside en una especie de rarefacción de mi carne.
La inteligencia ya no tiene sangre. El calamar de las pesadillas da toda su tinta, la que obstruye las salidas del espíritu; es una sangre que ha perdido hasta sus venas, una carne que ignora el filo del cuchillo.
Pero de arriba a abajo de esta carne agrietada, de esta carne no compacta, circula siempre el fuego virtual. Una lucidez enciende de hora en hora sus ascuas que retornan a la vida y sus flores.
Todo lo que tiene un nombre bajo la bóveda compacta del cielo, todo lo que tiene un frente, lo que es el nudo de un soplo y la cuerda de un estremecimiento, todo eso pasa en las rotaciones de ese fuego en el que se asemejan las olas de la carne misma, de esa carne dura y blanda que un día crece como un diluvio de sangre.
La habéis visto a la momia fijada en la intersección de los fenómenos, esa ignorante, esa momia viviente que lo ignora todo de las fronteras de su vacío, que se espanta de las pulsaciones de su muerte.
La momia voluntaria se halla levantada, y a su alrededor se agita toda realidad. La conciencia como una tea de discordia, recorre el campo entero de su virtualidad obligada.
Hay en esa momia una pérdida de carne, hay en el sombrío lenguaje de su carne intelectual toda una impotencia para conjurar esa carne. Ese sentido que recorre las venas de esa carne mística, en la que cada sobresalto es un modo de mundo y otra especie de engendrar, se pierde y se devora a sí misma en la quemadura de una nada errónea.
¡Ah! ser el padre nutricio de esa sospecha, el multiplicador de ese engendrar y de ese mundo en su devenir, en sus consecuencias de flor.
Pero toda esa carne es sólo comienzos y ausencias y ausencias y ausencia...
Ausencias.

ANTONIN ARTAUD
(Versió d'Aldo Pellegrini)