CLAUDE CAHUN. RESPONDE
¿Cuál ha sido el encuentro capital de su vida ?
"Todavía espero de la vida la circunstancia fulminante que, sirviéndome de criterio, me permita dar definitivamente el paso a tal o cual encuentro cuya importancia y significación no han dejado de iluminase, de oscurecerse a mis ojos, de ganar y de perder.
El único encuentro que ha presentado un papel capital en todos los instantes de mi vida se produjo antes de mi nacimiento. Sin duda no se me ocurriría este hecho común, evidente, y que sólo puedo utilizar retóricamente si, desde que yo recuerde, no tiviera el sentimiento familiar, pero siempre irritante, de que mi destino se juega en gran parte al margen de mí y casi sin saberlo.
Esta irritación me lleva a oponer dos términos "fortuito" y "necesario". Desde un punto de vista subjetivo y fragmentario todo me parece idealmente fortuito y examino los innumerables móviles que lógicamente deberían contrarrestar la irrupción de cualquier coincidencia aislada de sus causas. Pero, a poco que me remita materialmente al conjunto de los objetos y a poco que encadene, por fuera de lugar, por desproporcionados, por imponderables que me parezcan algunos eslabones, se impone la necesidad de la aproximación más fortuita. Y lo que todavía se me escapa ya no es nada más que ignorancia.
Tantos encuentros fortuitos-necesarios se producen para cada uno de nosotro, y tan precarios, que el día más bello de nuestra vida, el más triste, bien podrían pasar desapercibidos. Así pues, admitiré que lo viví atravesándolo sin verlo, ese encuentro capital, si nombrarlo así no me indicara suficentemente que no se puede sobrevivir a él."
¿Cuál ha sido el encuentro capital de su vida ?
"Todavía espero de la vida la circunstancia fulminante que, sirviéndome de criterio, me permita dar definitivamente el paso a tal o cual encuentro cuya importancia y significación no han dejado de iluminase, de oscurecerse a mis ojos, de ganar y de perder.
El único encuentro que ha presentado un papel capital en todos los instantes de mi vida se produjo antes de mi nacimiento. Sin duda no se me ocurriría este hecho común, evidente, y que sólo puedo utilizar retóricamente si, desde que yo recuerde, no tiviera el sentimiento familiar, pero siempre irritante, de que mi destino se juega en gran parte al margen de mí y casi sin saberlo.
Esta irritación me lleva a oponer dos términos "fortuito" y "necesario". Desde un punto de vista subjetivo y fragmentario todo me parece idealmente fortuito y examino los innumerables móviles que lógicamente deberían contrarrestar la irrupción de cualquier coincidencia aislada de sus causas. Pero, a poco que me remita materialmente al conjunto de los objetos y a poco que encadene, por fuera de lugar, por desproporcionados, por imponderables que me parezcan algunos eslabones, se impone la necesidad de la aproximación más fortuita. Y lo que todavía se me escapa ya no es nada más que ignorancia.
Tantos encuentros fortuitos-necesarios se producen para cada uno de nosotro, y tan precarios, que el día más bello de nuestra vida, el más triste, bien podrían pasar desapercibidos. Así pues, admitiré que lo viví atravesándolo sin verlo, ese encuentro capital, si nombrarlo así no me indicara suficentemente que no se puede sobrevivir a él."